Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
#YorokobuInstapost Arte en cerámica
Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
#YorokobuInstapost Arte en cerámica
Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
#YorokobuInstapost Arte en cerámica
Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
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Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
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Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
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Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
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Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
#YorokobuInstapost Arte en cerámica
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Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
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Las piezas de cerámica de @muerdelagrimas (el nombre de instagram tras el que se refugia la artista multidisciplinar Marina Garijo) rebuscan en el día a día para extraer la belleza de lo cotidiano. Así, las creaciones de Garijo surgen de mirar alrededor, hasta que algo le llama la atención. «Observo los objetos que me rodean, siendo consciente del atractivo estético sea cual sea el contexto», dice. La detección de la belleza le hace querer «inmortalizar, a través de la cerámica, sus formas y colores». Casi como el que detiene el tiempo un momentito para quedárselo para sí mismo. Solo que Marina Garijo lo consigue.
Destaca que muchas de las cosas que inmortaliza se «pueden pasar por alto». Cosas para el día de hoy, de esas que tienen vida efímera. «En muchos casos, represento objetos de usar y tirar», dice. Después, recreándolos en cerámica, los transforma en permanentes y eso «hace que cambie la perspectiva hacia ellos». Cosas que no deberían estar ahí más tiempo del debido se convierten en imperecederas. Así, entre sus sujetos hay «fruta pocha, una bolsa de patatas abierta o unas cerillas usadas».
Fuera de estas obras, Garijo está curtida en el diseño y transformación de superficies, particularmente madera y cristal, una experiencia que emplea hackeando muebles y ventanas y transformándolos en algo. Casi como el que busca hacer lo contrario que hacía con la cerámica. Coger algo permanente, que está ahí, y cambiarlo.
En el futuro le gustaría colaborar con otros artistas. «Me encantaría hacer proyectos de la mano de artistas a los que admiro, pertenezcan o no al campo de la cerámica». Y, sobre todo, seguir dándole vueltas a las cosas que le rodean y «aprender más sobre técnicas que puedan ayudar a creaciones futuras».
#YorokobuInstapost Arte en cerámica
Antes que con el bordado, Maite Canet (@mai_kilo), alcarreña afincada en Valencia y directora de arte y diseñadora gráfica en la agencia y productora audiovisual Montaña, empezó con el crochet como técnica manual para liberar la creatividad, pero no funcionó. Y acordándose de su infancia, volvió a la aguja y al hilo. Canet borda letras, principalmente.
«Me encanta la tipografía, prácticamente solo bordo letras de canciones, alfabetos y alguna frase», confirma. «Me gustan las palabras, pero también me gusta mucho cuidar el color en mis piezas. Soy más de colores saturados que de pasteles y más de colores alegres que de tristes».
Para crear sus bocetos, recurre a la tableta y al ordenador. «Busco un concepto para bordar cada pieza. Si voy a bordar música, el nexo puede ser la estética de la época, la del vinilo o incluso la de los músicos. Si la pieza es un alfabeto, trabajo más libremente y el concepto es puramente estético. Empiezo eligiendo una paleta de colores y seleccionando qué tipo de hilo y puntadas quiero utilizar. Compongo los letterings o alfabetos en la estética que he elegido, traslado el diseño a la tela y ¡a bordar!». «Las canciones cuentan historias, y en esas historias encuentro una manera de expresarme», aclara.
Pero a nosotros nos han enamorado los bordados con la palabra Yorokobu. «Les dedico mucho más tiempo que a las otras piezas y siempre uso puntadas o técnicas que quiero perfeccionar o aprender, así que no son mis bordados más rápidos». Pero todos sus diseños, aclara, «son trabajos de investigación en los que quiero jugar y no me marco un tiempo límite».
#YorokobuInstapost Embroidery art
Antes que con el bordado, Maite Canet (@mai_kilo), alcarreña afincada en Valencia y directora de arte y diseñadora gráfica en la agencia y productora audiovisual Montaña, empezó con el crochet como técnica manual para liberar la creatividad, pero no funcionó. Y acordándose de su infancia, volvió a la aguja y al hilo. Canet borda letras, principalmente.
«Me encanta la tipografía, prácticamente solo bordo letras de canciones, alfabetos y alguna frase», confirma. «Me gustan las palabras, pero también me gusta mucho cuidar el color en mis piezas. Soy más de colores saturados que de pasteles y más de colores alegres que de tristes».
Para crear sus bocetos, recurre a la tableta y al ordenador. «Busco un concepto para bordar cada pieza. Si voy a bordar música, el nexo puede ser la estética de la época, la del vinilo o incluso la de los músicos. Si la pieza es un alfabeto, trabajo más libremente y el concepto es puramente estético. Empiezo eligiendo una paleta de colores y seleccionando qué tipo de hilo y puntadas quiero utilizar. Compongo los letterings o alfabetos en la estética que he elegido, traslado el diseño a la tela y ¡a bordar!». «Las canciones cuentan historias, y en esas historias encuentro una manera de expresarme», aclara.
Pero a nosotros nos han enamorado los bordados con la palabra Yorokobu. «Les dedico mucho más tiempo que a las otras piezas y siempre uso puntadas o técnicas que quiero perfeccionar o aprender, así que no son mis bordados más rápidos». Pero todos sus diseños, aclara, «son trabajos de investigación en los que quiero jugar y no me marco un tiempo límite».
#YorokobuInstapost Embroidery art
Antes que con el bordado, Maite Canet (@mai_kilo), alcarreña afincada en Valencia y directora de arte y diseñadora gráfica en la agencia y productora audiovisual Montaña, empezó con el crochet como técnica manual para liberar la creatividad, pero no funcionó. Y acordándose de su infancia, volvió a la aguja y al hilo. Canet borda letras, principalmente.
«Me encanta la tipografía, prácticamente solo bordo letras de canciones, alfabetos y alguna frase», confirma. «Me gustan las palabras, pero también me gusta mucho cuidar el color en mis piezas. Soy más de colores saturados que de pasteles y más de colores alegres que de tristes».
Para crear sus bocetos, recurre a la tableta y al ordenador. «Busco un concepto para bordar cada pieza. Si voy a bordar música, el nexo puede ser la estética de la época, la del vinilo o incluso la de los músicos. Si la pieza es un alfabeto, trabajo más libremente y el concepto es puramente estético. Empiezo eligiendo una paleta de colores y seleccionando qué tipo de hilo y puntadas quiero utilizar. Compongo los letterings o alfabetos en la estética que he elegido, traslado el diseño a la tela y ¡a bordar!». «Las canciones cuentan historias, y en esas historias encuentro una manera de expresarme», aclara.
Pero a nosotros nos han enamorado los bordados con la palabra Yorokobu. «Les dedico mucho más tiempo que a las otras piezas y siempre uso puntadas o técnicas que quiero perfeccionar o aprender, así que no son mis bordados más rápidos». Pero todos sus diseños, aclara, «son trabajos de investigación en los que quiero jugar y no me marco un tiempo límite».
#YorokobuInstapost Embroidery art
Antes que con el bordado, Maite Canet (@mai_kilo), alcarreña afincada en Valencia y directora de arte y diseñadora gráfica en la agencia y productora audiovisual Montaña, empezó con el crochet como técnica manual para liberar la creatividad, pero no funcionó. Y acordándose de su infancia, volvió a la aguja y al hilo. Canet borda letras, principalmente.
«Me encanta la tipografía, prácticamente solo bordo letras de canciones, alfabetos y alguna frase», confirma. «Me gustan las palabras, pero también me gusta mucho cuidar el color en mis piezas. Soy más de colores saturados que de pasteles y más de colores alegres que de tristes».
Para crear sus bocetos, recurre a la tableta y al ordenador. «Busco un concepto para bordar cada pieza. Si voy a bordar música, el nexo puede ser la estética de la época, la del vinilo o incluso la de los músicos. Si la pieza es un alfabeto, trabajo más libremente y el concepto es puramente estético. Empiezo eligiendo una paleta de colores y seleccionando qué tipo de hilo y puntadas quiero utilizar. Compongo los letterings o alfabetos en la estética que he elegido, traslado el diseño a la tela y ¡a bordar!». «Las canciones cuentan historias, y en esas historias encuentro una manera de expresarme», aclara.
Pero a nosotros nos han enamorado los bordados con la palabra Yorokobu. «Les dedico mucho más tiempo que a las otras piezas y siempre uso puntadas o técnicas que quiero perfeccionar o aprender, así que no son mis bordados más rápidos». Pero todos sus diseños, aclara, «son trabajos de investigación en los que quiero jugar y no me marco un tiempo límite».
#YorokobuInstapost Embroidery art
Antes que con el bordado, Maite Canet (@mai_kilo), alcarreña afincada en Valencia y directora de arte y diseñadora gráfica en la agencia y productora audiovisual Montaña, empezó con el crochet como técnica manual para liberar la creatividad, pero no funcionó. Y acordándose de su infancia, volvió a la aguja y al hilo. Canet borda letras, principalmente.
«Me encanta la tipografía, prácticamente solo bordo letras de canciones, alfabetos y alguna frase», confirma. «Me gustan las palabras, pero también me gusta mucho cuidar el color en mis piezas. Soy más de colores saturados que de pasteles y más de colores alegres que de tristes».
Para crear sus bocetos, recurre a la tableta y al ordenador. «Busco un concepto para bordar cada pieza. Si voy a bordar música, el nexo puede ser la estética de la época, la del vinilo o incluso la de los músicos. Si la pieza es un alfabeto, trabajo más libremente y el concepto es puramente estético. Empiezo eligiendo una paleta de colores y seleccionando qué tipo de hilo y puntadas quiero utilizar. Compongo los letterings o alfabetos en la estética que he elegido, traslado el diseño a la tela y ¡a bordar!». «Las canciones cuentan historias, y en esas historias encuentro una manera de expresarme», aclara.
Pero a nosotros nos han enamorado los bordados con la palabra Yorokobu. «Les dedico mucho más tiempo que a las otras piezas y siempre uso puntadas o técnicas que quiero perfeccionar o aprender, así que no son mis bordados más rápidos». Pero todos sus diseños, aclara, «son trabajos de investigación en los que quiero jugar y no me marco un tiempo límite».
#YorokobuInstapost Embroidery art
🙂 𝗬𝗢𝗥𝗢𝗞𝗢𝗕𝗨 𝟭𝟯𝟳: 𝗣𝗟𝗔𝗖𝗘𝗥 🙂
Los encargados de diseñar la portada de este número de Yorokobu dedicado al placer ha sido el equipo de @mugaritz. «El placer es una palabra muy amplia que implica la subjetividad de cada uno. En Mugaritz, el placer está muy vinculado con la búsqueda, con la curiosidad», explican.
Durante seis meses al año, el equipo de Mugaritz se reúne para pensar y crear una nueva propuesta y experiencia gastronómica para sus comensales. A eso lo llaman periodo de creatividad. Crean un lienzo a base de folios en la pared y sobre él, empiezan a escribir y a dibujar formas y colores que rompen con la sobriedad de su cocina para crear una hoja de ruta, un mapa creativo, un paisaje de puntos de partida sin una meta definida. Y eso es lo que hicieron para esta portada. Fueron dibujando las ideas bajo un gigantesco Yorokobu escrito en primer plano: besos, pistilo, ama, necesidad, 5 de mayo, castaño, flan, pez pollo, día, serenidad, pera… No había tiempo ni intención de afinar el trazo. Todo debía ser tan rápido como llegaban las palabras y conceptos a la mente.
«En nuestro caso, los dibujos no son perfectos, parece como si los hubiera hecho casi un niño. Para nosotros, más que dibujos son trazos que marcan un camino, un paisaje vivo, abierto, que nunca está terminado y que se encuentra en constante transformación».
📲📖 Puedes leer la revista completa gratis en el link de nuestra bio.
Dirección de arte: @luisbboy
Dentro, el arte de: @glez_studio, @rcaxero, @pauvallsnet, @miriampersand, Ignacio Martín y más. Placer
🙂 𝗬𝗢𝗥𝗢𝗞𝗢𝗕𝗨 𝟭𝟯𝟳: 𝗣𝗟𝗔𝗖𝗘𝗥 🙂
Los encargados de diseñar la portada de este número de Yorokobu dedicado al placer ha sido el equipo de @mugaritz. «El placer es una palabra muy amplia que implica la subjetividad de cada uno. En Mugaritz, el placer está muy vinculado con la búsqueda, con la curiosidad», explican.
Durante seis meses al año, el equipo de Mugaritz se reúne para pensar y crear una nueva propuesta y experiencia gastronómica para sus comensales. A eso lo llaman periodo de creatividad. Crean un lienzo a base de folios en la pared y sobre él, empiezan a escribir y a dibujar formas y colores que rompen con la sobriedad de su cocina para crear una hoja de ruta, un mapa creativo, un paisaje de puntos de partida sin una meta definida. Y eso es lo que hicieron para esta portada. Fueron dibujando las ideas bajo un gigantesco Yorokobu escrito en primer plano: besos, pistilo, ama, necesidad, 5 de mayo, castaño, flan, pez pollo, día, serenidad, pera… No había tiempo ni intención de afinar el trazo. Todo debía ser tan rápido como llegaban las palabras y conceptos a la mente.
«En nuestro caso, los dibujos no son perfectos, parece como si los hubiera hecho casi un niño. Para nosotros, más que dibujos son trazos que marcan un camino, un paisaje vivo, abierto, que nunca está terminado y que se encuentra en constante transformación».
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Los encargados de diseñar la portada de este número de Yorokobu dedicado al placer ha sido el equipo de @mugaritz. «El placer es una palabra muy amplia que implica la subjetividad de cada uno. En Mugaritz, el placer está muy vinculado con la búsqueda, con la curiosidad», explican.
Durante seis meses al año, el equipo de Mugaritz se reúne para pensar y crear una nueva propuesta y experiencia gastronómica para sus comensales. A eso lo llaman periodo de creatividad. Crean un lienzo a base de folios en la pared y sobre él, empiezan a escribir y a dibujar formas y colores que rompen con la sobriedad de su cocina para crear una hoja de ruta, un mapa creativo, un paisaje de puntos de partida sin una meta definida. Y eso es lo que hicieron para esta portada. Fueron dibujando las ideas bajo un gigantesco Yorokobu escrito en primer plano: besos, pistilo, ama, necesidad, 5 de mayo, castaño, flan, pez pollo, día, serenidad, pera… No había tiempo ni intención de afinar el trazo. Todo debía ser tan rápido como llegaban las palabras y conceptos a la mente.
«En nuestro caso, los dibujos no son perfectos, parece como si los hubiera hecho casi un niño. Para nosotros, más que dibujos son trazos que marcan un camino, un paisaje vivo, abierto, que nunca está terminado y que se encuentra en constante transformación».
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Los encargados de diseñar la portada de este número de Yorokobu dedicado al placer ha sido el equipo de @mugaritz. «El placer es una palabra muy amplia que implica la subjetividad de cada uno. En Mugaritz, el placer está muy vinculado con la búsqueda, con la curiosidad», explican.
Durante seis meses al año, el equipo de Mugaritz se reúne para pensar y crear una nueva propuesta y experiencia gastronómica para sus comensales. A eso lo llaman periodo de creatividad. Crean un lienzo a base de folios en la pared y sobre él, empiezan a escribir y a dibujar formas y colores que rompen con la sobriedad de su cocina para crear una hoja de ruta, un mapa creativo, un paisaje de puntos de partida sin una meta definida. Y eso es lo que hicieron para esta portada. Fueron dibujando las ideas bajo un gigantesco Yorokobu escrito en primer plano: besos, pistilo, ama, necesidad, 5 de mayo, castaño, flan, pez pollo, día, serenidad, pera… No había tiempo ni intención de afinar el trazo. Todo debía ser tan rápido como llegaban las palabras y conceptos a la mente.
«En nuestro caso, los dibujos no son perfectos, parece como si los hubiera hecho casi un niño. Para nosotros, más que dibujos son trazos que marcan un camino, un paisaje vivo, abierto, que nunca está terminado y que se encuentra en constante transformación».
📲📖 Puedes leer la revista completa gratis en el link de nuestra bio.
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Dentro, el arte de: @glez_studio, @rcaxero, @pauvallsnet, @miriampersand, Ignacio Martín y más. Placer
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Los encargados de diseñar la portada de este número de Yorokobu dedicado al placer ha sido el equipo de @mugaritz. «El placer es una palabra muy amplia que implica la subjetividad de cada uno. En Mugaritz, el placer está muy vinculado con la búsqueda, con la curiosidad», explican.
Durante seis meses al año, el equipo de Mugaritz se reúne para pensar y crear una nueva propuesta y experiencia gastronómica para sus comensales. A eso lo llaman periodo de creatividad. Crean un lienzo a base de folios en la pared y sobre él, empiezan a escribir y a dibujar formas y colores que rompen con la sobriedad de su cocina para crear una hoja de ruta, un mapa creativo, un paisaje de puntos de partida sin una meta definida. Y eso es lo que hicieron para esta portada. Fueron dibujando las ideas bajo un gigantesco Yorokobu escrito en primer plano: besos, pistilo, ama, necesidad, 5 de mayo, castaño, flan, pez pollo, día, serenidad, pera… No había tiempo ni intención de afinar el trazo. Todo debía ser tan rápido como llegaban las palabras y conceptos a la mente.
«En nuestro caso, los dibujos no son perfectos, parece como si los hubiera hecho casi un niño. Para nosotros, más que dibujos son trazos que marcan un camino, un paisaje vivo, abierto, que nunca está terminado y que se encuentra en constante transformación».
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🙂 𝗬𝗢𝗥𝗢𝗞𝗢𝗕𝗨 𝟭𝟯𝟳: 𝗣𝗟𝗔𝗖𝗘𝗥 🙂
Los encargados de diseñar la portada de este número de Yorokobu dedicado al placer ha sido el equipo de @mugaritz. «El placer es una palabra muy amplia que implica la subjetividad de cada uno. En Mugaritz, el placer está muy vinculado con la búsqueda, con la curiosidad», explican.
Durante seis meses al año, el equipo de Mugaritz se reúne para pensar y crear una nueva propuesta y experiencia gastronómica para sus comensales. A eso lo llaman periodo de creatividad. Crean un lienzo a base de folios en la pared y sobre él, empiezan a escribir y a dibujar formas y colores que rompen con la sobriedad de su cocina para crear una hoja de ruta, un mapa creativo, un paisaje de puntos de partida sin una meta definida. Y eso es lo que hicieron para esta portada. Fueron dibujando las ideas bajo un gigantesco Yorokobu escrito en primer plano: besos, pistilo, ama, necesidad, 5 de mayo, castaño, flan, pez pollo, día, serenidad, pera… No había tiempo ni intención de afinar el trazo. Todo debía ser tan rápido como llegaban las palabras y conceptos a la mente.
«En nuestro caso, los dibujos no son perfectos, parece como si los hubiera hecho casi un niño. Para nosotros, más que dibujos son trazos que marcan un camino, un paisaje vivo, abierto, que nunca está terminado y que se encuentra en constante transformación».
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Dirección de arte: @luisbboy
Dentro, el arte de: @glez_studio, @rcaxero, @pauvallsnet, @miriampersand, Ignacio Martín y más. Placer
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Rosan Bosch lleva cerca de tres décadas recurriendo al diseño para desafiar las normas establecidas. Sobre todo, en los entornos educativos y aprendizaje, donde se propuso dar un giro al paradigma de escuela tradicional.
La fundadora y directora creativa del estudio que lleva su nombre se ha ganado el reconocimiento internacional por sus innovadores planteamientos en los entornos educativos, plasmados en sus icónicos diseños. Pero ¿cómo concibe Rosan Bosch la creatividad? Se lo hemos preguntado y lo puedes leer en Yorokobu.es 👀